Es una historia preciosa, llena de ternura, en la que conviven tres generaciones (al principio poco
unidas).
El abuelo, al que se compara con las raíces de un arbol, vive su experiencia en Milán de una forma extraña, viendo e interpretando las cosas a su manera y a la vez, aprendiendo.

En Milán, donde vive sus últimos días, se vuelve a enamorar, pero esta vez comprende que la mujer no sólo es para disfrutarla en la cama, sino que también se puede disfrutar escuchándola, comprendiéndola...
Además, recuerda experiencias vividas que dejaron huella en él.
Aparenta ser una historia sencilla, pero es más compleja, está llena de sentimientos tiernos y duros, pensamientos, secretos...
Julia A. 2º ESO